dilluns, 11 de març del 2013

no me rendiré

Todo puede cambiar en unas horas. Todo parece estar perfectamente y al instante siguiente todo está patas arriba y sin poder reconocerlo. Todo eso que creías seguro ya no existe. Cuando con unas simples palabras pueden paralizarte el mundo. Sentir que ya no quieres seguir viviendo. Que nadie notará tu ausencia. Que el mundo seguirá perfectamente sin tí. No notas ni tu corazón latir. No te importan las lágrimas secas que se acumulan alrededor de tus ojos. No importa nada. Porque tú no importas nada. A nadie. No le importas a quien quieres importarle. Por quien te levantas cada mañana con una sonrisa, por quien deseas que lleguen ciertos días de la semana para verle. Y es que con unas simples palabras puede construirse un mundo pero con otras aun más rápidas de mencionar se destruye todo en un segundo. Y es que no entiendo qué ha pasado. No entiendo qué he hecho mal. Qué pasa conmigo para que nadie me dure. No puedo comprender como la persona más perfecta que conozco no es capaz de entenderlo y de negarlo. Que quien todo me ha dado dice que no ha hecho suficiente. ¡Cómo si TODO no fuera suficiente! Todo se desmorona ante mis ojos. Nada es como hace veinticuatro horas. Pero igual que no entiende qué ha ido mal, doy por seguro que lucharé. Que no me quedaré sentada viendo como se va de mi lado. Cómo sin hacer nada le voy perdiendo. Lucharé con todo. Pondré todo de mi parte para que vuelva a ser esa persona que quiere consigo. Volveré a ser la de hace un año si hace falta. No perderé la esperanza hasta que todo haya terminado. Porque sé que no ha terminado. Lo sé. Sé que no será para nada fácil. Que tengo un largo camino por delante. Pero no quiero darme por vencida. Tú me enseñaste a levantarme cuando me caía. Tú me enseñaste a creer en mí. Así que creo en mí cuando digo que te voy a recuperar.