Esperé este día durante mucho tiempo, lo imaginé totalmente distinto a como ha terminado siendo al final de todo. Todos dicen que durante el período de Navidad todo es felicidad y la tristeza no tiene cabida en estos días; pero, ¿realmente somos tan ilusos de pensar que todo lo malo desaparecerá solamente por ser Navidad? No he podido evitar soltar las primeras -o últimas- lágrimas de estos últimos días del año. Pueden ser las últimas del año, pero pueden ser las primeras de las fiestas. Lo bueno de la lluvia es que es capaz de disimular nuestras lágrimas, lo malo es que siempre va a salir el sol y ya no vamos a poder disimular.
Todos creamos expectativas de lo que queremos que nos pase en la vida, de como queremos vivir un día en concreto del futuro; pero nunca pensamos que para que ese día sea perfecto dependerá que otra persona esté con nosotros.
¿Ver para creer o creer para ver? Prefiero "ver no es creer, pero creer es ver". Prefiero seguir ilusionada con la magia de la Navidad -aun siendo atea- que seguir en decaída pensando en los problemas; pero, ¿no sería bueno poder envasar esta ilusión navideña para cuando la necesitemos el resto del año?
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada