Dicen que cuando menos tenemos más aprendemos a valorar las cosas. Que cuando menos hemos tenido con menos nos conformamos. Que con poca cosa es fácil hacernos felices. Estoy aprendiendo a apreciar cada pequeño detalle que me está dando la vida. Es increíblemente satisfactorio hacer feliz a alguien que valora mucho los pequeños detalles. Durante tiempo di mucho y recibí poco. Ahora mismo doy poco y recibo más de lo que merezco. ¿Es el kharma? ¿Estoy siendo justa? Ni lo sé, ni me importa. Sólo sé que esto me hace feliz.
Durante años tuve una vida fácil y supongo que no pude valorar lo que tuve. Desde hace unos años lucho por lo que quiero y por ser mínimamente independiente y me hace valorar mucho más los pequeños detalles. Mirando con retrospectiva es cuando nos damos cuenta de todo lo que han hecho por nosotros a lo largo de los años. Nuestros padres los que más. Pero nuestros amigos verdaderos también. Porque la amistad, como el amor, es un mismo sentimiento que habita en dos personas de forma recíproca sin esperar nada a cambio. Ahora mismo solamente pido ser amada y comprendida, ¿es tanto pedir? Parece que no. Y lo parece por los pequeños detalles. Porque no me hace falta pedirlo, sólo me lo están dando.
Creo que por fin he encontrado mi lugar entre la gente, durante tiempo navegué sin rumbo, sola entre un montón de gente, hasta que he encontrado quien me entiende y me acepta como soy. Unas amistades que nunca podré agradecer lo suficiente y otras personas que alegran mi día sin quererlo. Pero es que realmente volvamos al principio de todo, ¿quién puede decir qué es la felicidad? nadie puede describirla, puesto que se basa en el estudio de cada caso concreto. Lo que hace feliz a una persona no tendrá porqué hacer feliz a otra. La felicidad duradera se basa en la suma de los pequeños momentos de cada día, en esos pequeños detalles que consiguen sacarnos una sonrisa. ¿Duele la sonrisa? Aun duele un poco, pero cada vez menos, porque cuando menos sonreímos nos cuesta aun más volver a hacerlo.
Volví a esa plaza, volví a ver a esa pareja feliz y ya no pensé ¿Cuándo me llegará a mí? sino que me dije voy a conseguir estar así, soy yo quien decide estarlo o no.
Durante años tuve una vida fácil y supongo que no pude valorar lo que tuve. Desde hace unos años lucho por lo que quiero y por ser mínimamente independiente y me hace valorar mucho más los pequeños detalles. Mirando con retrospectiva es cuando nos damos cuenta de todo lo que han hecho por nosotros a lo largo de los años. Nuestros padres los que más. Pero nuestros amigos verdaderos también. Porque la amistad, como el amor, es un mismo sentimiento que habita en dos personas de forma recíproca sin esperar nada a cambio. Ahora mismo solamente pido ser amada y comprendida, ¿es tanto pedir? Parece que no. Y lo parece por los pequeños detalles. Porque no me hace falta pedirlo, sólo me lo están dando.
Creo que por fin he encontrado mi lugar entre la gente, durante tiempo navegué sin rumbo, sola entre un montón de gente, hasta que he encontrado quien me entiende y me acepta como soy. Unas amistades que nunca podré agradecer lo suficiente y otras personas que alegran mi día sin quererlo. Pero es que realmente volvamos al principio de todo, ¿quién puede decir qué es la felicidad? nadie puede describirla, puesto que se basa en el estudio de cada caso concreto. Lo que hace feliz a una persona no tendrá porqué hacer feliz a otra. La felicidad duradera se basa en la suma de los pequeños momentos de cada día, en esos pequeños detalles que consiguen sacarnos una sonrisa. ¿Duele la sonrisa? Aun duele un poco, pero cada vez menos, porque cuando menos sonreímos nos cuesta aun más volver a hacerlo.
Volví a esa plaza, volví a ver a esa pareja feliz y ya no pensé ¿Cuándo me llegará a mí? sino que me dije voy a conseguir estar así, soy yo quien decide estarlo o no.
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ResponEliminaLa felicidad es poder seguir leyéndote :). Me gusta mucho !
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